Etchevers 396, 2581931 Viña del Mar, Valparaíso, Chile
Hotel boutique funcional en una mansión de principios del siglo XX con habitaciones de ambiente relajado.
Éste hotel es una alternativa excelente si querés viajar en la época de otoño-invierno. Es un lugar muy pintoresco, acogedor y cómodo, pero lo que lo destaca y hace especial es el trato de todas las señoritas que allí trabajan. Mujeres atentas, serviciales, amables, cálidas, respetuosas y muy educada. Agradecidos a todas (en especial a Ysabel, Fran, Javiera y Peni) ❤️🩹 nuestra estadía en chile fue especial gracias a ustedes.
Al llegar al hotel la reserva realizada hace 2 meses no estaba. Nos dieron una habitación que quedaba en la parte baja como similar a un subterraneo con mucho olor a humedad y ruido ya que quedaba abajo de la recepción de 24 horas. Habia una filtración en la ducha. Desayuno regular. Precio muy elevado para las instalacines. Rescato la amabilidad y disposición para resolver lo que estaba al alcance del personal que atiende el hotel
Lindo hotel. Me encantó, pasé dos noches muy tranquilas y acogedoras , el personal increíble, la habitación impecable, les recomiendo los pisco sour ❤️ y la tablitas de picoteo. Amé la historia de este lugar , volvería si o si .
HOTEL con historia, me tocó puntualmente una habitación oscura, que da a la barranca. se llega por una calle que se corta en una escalera y se continúa a medio nivel sobre un pasadizo sin salida, buen servicio. Desayuno básico. Lugar seguro. No tiene Cochera cerrada pero si una especie de guarda vehículo monitoreado por cámaras. En nuestro caso éramos dos viajando en sendas motos que quedaron detrás de un vehículo para mayor seguridad
La ubicación no es mala pero está en una calle sin salida, con un entorno que parece inseguro y hay que subir unas escaleras. Está como muy escondido. El personal es muy agradable y respetuoso pero no pueden con todo. Son muy pocos. Al menos para temporada alta. Esto hace que cada cosa que uno pida se demore muchísimo.
Un lugar bien ubicado, a 15 minutos a pie del terminal de buses y a unos 8 de la plaza. Destaco mucho la limpieza de las habitaciones y la amabilidad de todo el personal, al punto que nos llevaron a la terraza a disfrutar de un pisco sour a las 00.30 horas, con el lugar disponible para nosotros solos. El desayuno medido, pero suficiente y rico. Ya es la tercera o cuarta vez que alojamos y podríamos volver con gusto.
La habitación es hermosa y muy espaciosa, cada habitación tiene su nombre y el hotel en sí tiene una muy linda historia; ahora si lo que me hace no poder darle la mayor puntuación es que el wifi se cae mucho, salva pero igualmente la conexión no es muy buena, el servicio es excelente nada que decir, muy preocupados y la limpieza 10/10, el sonido de la luz en el cuarto de baño es pasable pero es así en todas las habitaciones y se escucha muchísimo, hay tremendo eco al interior de las habitaciones por lo cual igual se escucha un poco dentro de las mismas, pero dentro de todo muy bonito, la playa queda como a 15min. caminando y es fácil llegar, para conocer esta muy bien. El desayuno está bien, el menú en general podría estar más variado, quizá agregar un poco más a la carta pero todo muy rico.
La historia del hotel es genial, pero una falta de respeto por parte del personal. Estuve hasta las 2:00 de la mañana sin poder dormir un ruido tremendo risas y conversaciones en la recepción que está cerca de la puerta de la habitación. Envié un mensaje pidiendo que si fuera posible pararan