Av. Borgoño 12925, Viña del Mar, Valparaíso, Chile
Hotel de estilo desenfadado con piscina exterior, restaurante, terraza y spa con sauna.
Me realicé un masaje corporal con Constanza y me gustó mucho su atención. Denota profesionalismo y manejo en el tema además de su agradable trato. Sin duda volveré a atenderme con ella. Recomendada 100%
Por el lugar un 7, su ubicación es el gran activo y arriba de las rocas, el mar al frente. Claramente requiere ser renovado más pintura, y adecuarlo a los nuevos tiempos, con lo anterior subir precios para hacerlo más selectivo, el glamour de antes, con el Radisson, se perdió su público, debe recuperarlo. Su atención es muy buena.
Con respecto a mi experiencia con los masajes en el Hotel Oceanic puedo decir que fue increible. Quiero agradecer especialmente a la terapeuta que me atendió (Constanza), porque no solo fue profesional, sino también atenta y delicada en cada detalle. Creó un ambiente de paz total, con música, aromas y una energía acogedora que me invadió. Sentí que realmente mejoró mi estado inicial (tensión). Como cortesía, me ofreció piedras calientes, lo cual transformó el masaje en una experiencia muy desestresante. Llegué tensa y con la cabeza llena de pensamientos intrusivos, desagradables e invasivos... salí liviana, relajada y en total calma. ¡Gracias!
Muy buen hotel, calidad, limpio, con vistas espectaculares. Ubicación perfecta, se puede ir caminando tanto a viña como a reñaca. Lo malo: desayuno cortito, podrían traer más variedad o más abuendante. Cochera al frente, difícil para entrar o salir porque la calle viene después de una curva y los autos vienen rápido. Estaría bueno que pongan un semáforo a demanda para cuando sale alguien del hotel o para ingresar.
Le falta un poco de mantenimiento. El desayuno es básico no es un desayuno de un hotel de 4 estrellas como se dice. Te imponen a comer lo que ellos proponen. Buena vista, una lastima. Mal administrado.
Es mi tercera vez en el hotel. Ha caído profundamente la calidad. La habitación que nos quisieron dar, no tenía ni placard para guardar la ropa, solo unas perchas para colgar la ropa a la vista. Luego de discutir, logramos que nos dieran el dormitorio que habíamos reservado. El desayuno "lamentable". Un café con leche, dos pancitos chicos, 1 manteca chica, media rodaja de jamón y un cuarto de feta de queso. Una factura muy chica, una banana, un durazno y un jugo de frutilla. Pedimos tostadas, y no sabían si había, pedimos jugo de naranja y nos dijeron que solo había de frutilla. Que si queríamos otra cosa, lo teníamos que pedir "el día anterior", así lo compraban. Un papelón en un hotel 4 estrellas que cobra 180 dólares la noche. NO VUELVO MÁS!!!!
No piden tu opinion : te cargan una "propina" a pagar, sea lo que sea! La habitacion bastante deceptionante y por seguro no vale el precio pagado ! todo viejo y un tipo en la reception bastante desagradable. Punto positivo : el estacionamente. Pues, fuimos una vez pero nunca mas... No vale el precio para nada.
Excelente experiencia. Sólo críticas constructivas. Es importante contar con estacionamiento cubierto, es muy fácil de lograr, está el espacio para hacerlo con una simple media sombra. El borde de la piscina debe tener una cubierta antideslizante, es peligroso y fácil sufrir caídas. El resto es excelente, pero los platos deben ser más abundantes, lo gourmet no significa escaso. El personal es realmente muy eficiente y educado, mención especial para todos ellos.