Pasaje Balmaceda 102, 2580036 Viña del Mar, Valparaíso, Chile
Bed and breakfast discreto en el centro de la ciudad con habitaciones sencillas, 2 salones y una terraza.
Con solo llegar y te enamoras. Es una casa con 100 años de historia, la ubicación en la cima la hace única. Está ubicada en uno de los mejores lugares deViña del mar. La atención y el conocimiento de Francisco es excelente, para nosotros fue nuestro Google personalizado..ja! Su madre es una señora muy correcta y educada. La limpieza es excelente y su personal mas aún. La habitación que elegimos es amplia y comoda con vista a la ciudad, con ventanas muy logradas que aíslan muy bien el ruido de la calle. El desayuno es muy rico y abundante. La habitación cuenta con tv con cable y una mini heladera. Hay una terraza amplia con vista a la ciudad,una cocina solo para calentar comida pero muy comoda. Nuestra experiencia fue muy buena. El lugar queda a menos de 10 minutos de la playa y del reloj. Recomiendo ir a la playa por la calle Balmaceda, hay encontrarás una pequeña plaza con una vista única al mar.
Es un lugar muy tranquilo y ameno con un buen servicio sus encargados siempre atentos a las necesidades de los pasajeros.
Habitaciones muy completas con todos, desayuno todo completo no falta nada si te aburres hay una computadora para jugar videojuegos y una tele para ver Cartoon Network, Francisco nos atendió muy bien y nos dio un mapa gratis sin ese mapa ya estaríamos perdidos y nos contó todo de este hotel y buena vista
Excelente atención de Francisco y Carmen. Te asesoran con todo: lugares, transporte, comidas, recorridos.|La habitación muy cómoda.|La vista de Viña desde el hotel es hermosa ya que esta sobre un cerro. La zona es segura para estacionar y pintoresca para caminar.
Es un lugar muy acogedor y lindo, está relativamente cerca de todo. La limpieza de la habitación estaba perfecta solo que no me gustó el olor raro que provenía de la ducha y el "estacionamiento" que en realidad está en la calle
Nos toco una habitación frente al desayunador. La habitación aunque sumamente precaria cumplía con su función, dormir cómodas y tener agua caliente para bañarnos. La atención excelente y el desayuno también. El lugar es bellísimo y de época.
Las habitaciones son completas, tiene placard para guardar las cosas, varias frazadas y baño espacioso. El desayuno contaba con café, leche, te, pan, bizcochuelo, queso y fruta, variado. La atención de Francisco muy buena.
Es un hostal muy agradable con un espíritu único y especial. El edificio ya es patrimonial (1907 si mal no recuerdo). La atención de los dueños, Francisco y su mamá Carmen, es impecable: son gente acogedora y amable, que se nota que aman lo que hacen. Yo tuve un problema de salud la mañana del check out y se preocuparon de que me sintiera bien antes de partir. Además, gracias a la guía de Francisco hicimos un excelente recorrido de la ciudad. Esperamos volver pronto.