Hotel Patio Yunguay en Santiago

Una casa del barrio convertida en hotel, con pocas habitaciones, lo que permite que el dueño, Francisco, pueda atender a sus huéspedes con todo lujo de detalles.||El espacio es encantador, casi como estar en casa; el desayuno fantástico y en los alrededores hay multitud de bares y restaurantes que merecen la pena.||Nosotros solemos elegir hoteles muy céntricos, pero esta vez estuvo bien alejarse un poco del centro (30 minutos a pie de la plaza de Armas) y disfrutar del encanto del barrio y del hotel.

Es Hotel es exactamente como lo prometen las fotos. Una linda casa restaurada, con detalles. La habitación confortable y cálida. Lindo desayuno. Lo mejor: la calidez de la recepción de Francisco, el dueño y sus recomendaciones.||Un barrio para descubrir para quienes gustan caminar fuera de los circuitos exclusivamente para turistas.

La atención del dueño Francisco. El hotel es una belleza, con su patio interior, su terraza en el tejado en el que relajarse en las tumbonas y con suerte,si el día está claro, ver los Andes al fondo. Los desayunos son muy ricos, con mermeladas caseras, fruta y los huevos revueltos para chuparse los dedos. El dueño siempre está atento a la oferta gastronómica y cultural del barrio y te lo hace saber. Merece la pena dejarse aconsejar por él ver por ejemplo y acabar viendo bailar a la gente local la Cueca. Es un lugar para disfrutar de la tranquilidad y nos ha gustado tanto que pequeños detalles,en mi opinión, como el hecho de que el agua caliente sea de 50 litros o que no se haga la cama pasan inadvertidos.

Si mi hija no hubiera descubierto esta joyita navegando en Internet Santiago me habría parecido una ciudad muy linda, pero habiendo pasado las últimas tres noches de nuestro viaje familiar por Chile en el patio Yungay, la experiencia santiaguina llegó al nivel de la excelencia. Y es que Francisco le sumó a la visita de una ciudad que desconocía un valor muy difícil de encontrar en el turismo urbano hoy. En su hotel te vas sintiendo poco a poco como en tu casa, el dueño (Francisco) tiene un don para ocuparse y mimar al huésped sin invadirlo que no se ve en muchos sitios, y ahora, habiendo conocido el barrio Yungay solo me alojaría allí, dejando Lastarria para aquellos que se identifican con Recoleta y Providencia o Las Condes para los belgraneros. Yungay es una mezcla de Almagro, Villa Crespo y Barracas, con excelentes restoranes y bares, un parque hermoso (Quinta Normal), una feria del domingo de las que recuerdo cuando era chico en Buenos Aires y que ya no existen. El hotel no es fino, ni pretende serlo, pero es delicado y bello, y uno se la pasa bien. Por ejemplo: no te hacen las camas, lo que el primer día me pareció flojo, pero es un hotel tranqui, con un dueño que se ocupa de hasta regalarte un champán rosado y una única empleada que hace solamente la limpieza. Queda lejos de los barrios más animados (Bella Vista, etc.) pero el subte es excelente y el taxi barato. Si vuelvo a Santiago, paro en el Yungay (y espero que después de esta nota a Francisco no se le ocurra decirme que no tiene lugar porque está lleno de lectores de trip advisor).

Estuvimos en este hotel durante tres dias. Sencillamente espectacular. Es una casa con jardin muy bien decorado con un encanto especial en cada una de las estancias . Indudablemente eso es obra de Francisco, su dueño, es exquisito en el trato, amable cercano. Nos facilito tremendamente la estancia ya que nos soluciono el traslado al aeropuerto, nos dio el desayuno (por cierto buenisimo) a horas intempestivas de la mañana, nos dio indicaciones para visitar la ciudad, restaurantes, pero sobre todo nos dio su compañia y charla amigable que nos hizo sentirnos en casa. ||La zona es bonita y tiene la ventaja de la buena comunicacion con el centro y muy buena con el aeropuerto.||Lo recominedo sin dudar y nosotros "ya tenemos casa en Santiago".

Es un lugar de los que merece la pena recomendar. Nos alojamos en Patio Yungay 3 días y nos encantó a toda la familia. El barrio Yungay es un barrio bohemio y artista repleto de restaurantes y bares con carácter. El hotel de Francisco es un oasis de tranquilidad, las habitaciones son espaciosas y están decoradas con mucho gusto. Los espacios comunes son chiquitos y acogedores, un bar estilo afrancesado, un pequeño patio al aire libre y un restaurante encantador. Pero lo mejor de todo fue Francisco, nos atendió en todo momento cuidando todos y cada uno de los detalles de nuestra estancia, el transporte, las recomendaciones de restaurantes, la logística, incluso nos ofreció una espléndida cena en fin de Año. Mil gracias Francisco por las atenciones prestadas!

Hace tiempo buscaba algo así!!! Después de dos estadías de una semana cada una, guardo el mejor recuerdo del hotel y de Francisco, su dueño. Desayunos perfectos, buenas camas, taxi a la puerta y de toda confianza si lo necesitas. El hotel está cerca del centro y de la Quinta Normal, en un barrio muy interesante, con buenos restaurantes, gran biblioteca etc||Pero lo mas importante es que te sientes bien ahí: Francisco está en todos los detalles, la atención es personalizada y muy agradable, la casa es antigua y muy bien decorada, pocas habitaciones, yo tuve siempre la de abajo, al lado de un patio lleno de plantas, muy agradable||Para mi es uno de los mejores hoteles que he conocido, no solo en Chile sino también en Europa

Nunca esperas que detrás de una fachada, sencilla y humilde encuentres un hotel tan agradable, limpio y cuidadosamente decorado. Es atendido por su propio dueño, él está en todo los detalles. La verdad que muy recomendable. Para ir con amigos o pareja. Esta en el casco histórico de Santiago rodeado de buenos restaurantes y mucha cultura!||En un callejón lleno de tranquilidad. Vale la pena pasar una noche alejado del ruido de la gigante ciudad.