Av. Manquehue Nte. 656, 8320000 Santiago, Las Condes, Región Metropolitana, Chile
Nos alojamos en el Radisson Blu de Santiago y decidimos almorzar en el restaurante del hotel. Al principio dudamos, pero la excelente atención de Derick González nos convenció. Fue muy atento y profesional desde el inicio. El restaurante tiene una terraza agradable y una carta variada. Derick nos recomendó el lomo liso con chimichurri (sin ser el plato más caro), y fue un acierto total: sabores trufados y bien equilibrados. Una experiencia muy grata gracias a la atención de Derick. ¡Totalmente recomendado! La habitación gigante y bien equipada
Este es uno de los hoteles más raros en los que estuve. No hay agua. Si querés tomar, tenés que comprarla. Eso no es algo que esperás de un buen hotel Muchas veces se olvidaban de limpiar la habitación. Tenía que llamar y recordarles para que alguien viniera. Además, las solicitudes que hacía por teléfono a menudo las olvidaban. Por ejemplo, pedí que a las dos de la tarde bajaran mis valijas, pero nadie vino. Terminé yendo a la recepción y repitiendo el pedido varias veces para que lo hicieran. La verdad, no estoy muy contento. En general, la experiencia fue bastante desagradable. Y, sinceramente, el personal es un poco indiferente, y eso también se nota mucho.
Excelente lugar y atención. Camas limpias y buen aseo en habitaciones. Dos puntos en bajo, piscina temperada con elementos flotando mala impresión y en el horario de desayuno el personal que libera las mesas coloca muy nerviosos a los pasajeros con su radio, corriendo y moviendo al personal. Se nota mucho que están muy nerviosos atendiendo y lo transmite al público. Pero buena comida en el desayuno.
Buena ubicación, buen desayuno, personal excelente, si ocurría algo llegaban inmediatamente a ofrecer ayuda. Las camas son antiguas no tan confortables, aire acondicionado funcionó bien, la ducha del baño salía poca agua, yo veía que mis duchas serian eternas… La piscina temperada y externa, buenas cumplen su función, son pequeñas si te topas con más gente pero funcionan.
Se ve buen hotel... aire acondicionado defectuoso. Nos tocó la habitación continua al ascensor y el ruido que hacía por el conducto del aire acondicionado era del terror. No vale la pena pagar por este hotel y no poder descansar. Adicionalmente, piscina pequeña y mucha gente y el desayuno un caos.
Horrible experiencia. Nos quedamos en el hotel en febrero para celebrar el día de san Valentín. En la piscina no había toallas. Tuvimos que entrar al jacuzzi para conseguirlas. Había tanta gente que nos tuvimos que sentar el piso. Lo peor fue en la cena, donde tuvimos que esperar por 3 horas (no, no es broma) por el plato principal. Los aperitivos llegaron a los 45 minutos. Decenas de personas se paraban de sus mesas para quejarse de la situación. Hubo discusiones acaloradas, el staff entre en nerviosismo de la situación, quebró botellas y copas al piso. Los meseros llevaban platos y tragos en las manos (si, dedos dentro del plato. ) El desayuno no fue muy distinto. No había disponibilidad de mesas y la gente hacía fila esperando por una mesas disponible. Cuando lograbas entrar, no había tasas para el café, cucharas, platos para poder llevar cosas a la mesa. Un desastre. Todo más calculado y pésimamente ejecutado. El hotel se preocupó de vender habitaciones y tubo cero preocupación por sus pasajeros, los cuales, en ves de disfrutar un fin de semana de paz, armonía y goce, sólo obtuvieron a cambio el resultado de un hotel pésimamente mal manejado.
Por los problemas que se evidenciaban en los últimos comentarios estuve cerca de no reservar. Sin embargo, tomé el riesgo y la experiencia fue muy buena. Si bien es cierto que el aire acondicionado no funcionaba de forma óptima, si mantenía la habitación con temperatura agradable. Vi en los pasillos muchos enfriadores de aire que iban a ser trasladados a las piezas, de seguro por el mismo problema. La habitación con excelente vista, baño bien equipado, las piscinas excelentes, con toallas disponibles para el uso lo cual se agradece ya que no en todos lados es así. La ubicación perfecta para ir a muchos lugares caminando. El desayuno con harta variedad y harta reposición de los alimentos que se iban acabando.
La vista de la habitación es hermosa y el hotel está muy bien ubicado. La atención deja mucho que desear. No andaba bien el aire acondicionado y nos prometían que nos iban a mandar alguien a arreglarlo. Nunca llegó nadie. Dormimos con la ventana abierta lo que resultó un poco ruidoso. Tampoco andaba la máquina de café de cortesía. Entonces nos ofrecieron un café, pero nos lo cobraron en la cuenta final. Tampoco ninguna atención por la noche que esperamos el técnico del aire que nunca llegó. Una lástima esa atención en un lugar tan lindo. El desayuno es abundante y variado, sin ningún lujo.